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viernes, 28 de agosto de 2009

ÁRBOLES ARTIFICIALES CONTRA LA CONTAMINACIÓN

Los árboles artificiales como espantamoscas gigantes y enormes molinos para generar energía eólica, podrían ser un paisaje cotidiano dentro de 20 años.
Ilustración: Intitutions of Mechanical Engineers


¿Va el mambo de la tecnología o la tecnología se va de mambo?

Para leer el siguiente post, pero sobre todo, para reflexionar acerca de los caminos que nos propone la tecnología, le dejo "Epitafio", de King Crimson, aquella extraordinaria banda liderada por el guitarrista Robert Frip, en uno de sus mejores trabajos "In the Court of the Crimson King".



Espantamoscas gigantes en forma de "árboles sintéticos" a lo largo de la carretera que te lleva a la oficina. Los espanta-moscas gigantes están hechos de tubos horizontales. Dentro de ellos, crecen floraciones de algas y el techo refleja el calor hacia el cielo: todo ello en pos de ¿reducir? los efectos del calentamiento global.

Este cuadro podría resultar un paisaje familiar en las próximas dos décadas. La propuesta parece seria: está siendo investigada por Institution of Mechanical Engineers y tiene como objetivo literal "alterar clima mundial con nueva tecnología". Es casi seguro que esos artefactos lograrán alterar el clima y hasta destemplar la psiquis del los automovilistas, que ya ni siquiera dispondrán de ese verde que nos regala el follaje de los árboles. Solo de espanta-moscas gigantes.

Un día después John Prescott, ex Viceprimer Ministro y Secretario de Ambiente, advirtió que la solución más prometedora es esta, ofrecida por árboles artificiales, dispositivos que recogen el CO2 mediante sus "hojas" y lo convierten a una forma que fácilmente puede almacenarse. No olvidemos que las algas absorben grandes cantidades de CO2. Tim Fox, jefe de ambiente y cambio climático de la institución de ingenieros, por su parte, asegura que los dispositivos fueron miles de veces más eficaces en eliminar carbono del atmósfera que árboles reales.

El profesor Lackner estima que en producción las unidades costaría $ 20.000 cada una.

El informe recomienda que las algas podrían ser utilizadas como combustible en foto-biorreactores, proporcionando energía a generadores mientras utiliza el CO2 emitido. Esta tecnología ha aún debe probar su eficacia.

¿Producir más artefactos -fabricar los tubos que contengan las algas, los soportes, etc- con el consiguiente uso de energía fósil, será la solución a la contaminación?

¿O el cambio climático producido por el CO2 es, decididamente, el último gran negocio?

domingo, 9 de agosto de 2009

NO EVOLUCIONARÍAMOS IGUAL, DOS VECES

SOMOS HUMANOS POR PURA CASUALIDAD

Si George Canning no hubiera recibido un disparo en el culo, por parte de Lord Castlereagh durante un duelo entre ambos, Darwin nunca hubiera escrito la Teoría de la Evolución.

Pero para leer este artículo, es necesario hacerlo escuchando Roadhause Blues, que reunió a un músico que llevaba el Blues rural en la sangre, lo condujo a ser blues urbano y eléctrico, John Lee Hooker, junto a The Doors. La evolución que va del Blues al Rock.



Canning (1770-1827) llegó a ser primer Ministro y Lord Castlereagh, Vocero en la Cámara de los Comunes. Ambos eran prominentes miembros del partido conservador de Gran Bretaña y se retaron a duelo (septiembre de 1809), durante la guerra contra Francia porque Canning había prometido enviar tropas a Portugal y Lord Castlereagh se anticipó y las envió a Holanda. Herido en el culo y en su orgullo, pocos años después Canning impedirá que Lord Castlereagh llegue a primer ministro.

Castlereagh pasó de Ministro de Guerra a Vocero del Primer Ministro y como tal, se lo hizo responsable de defender leyes severamente represivas durante un período de extrema agitación social, devenida de la crisis económica que asolaba a GB.

Cada vez que Lord Castlereagh ingresaba a la Cámara o caminaba por la calle, invariablemente era abucheado. La manipulación de Canning había surtido efecto y, deprimido, Lord Castlereagh se retira de la vida pública, suicidándose en 1822 (se cortó la garganta, detalle gore que puede darle más emoción a la Teoría de Darwin).

Según cuenta Stephen Jay Gould en Brontosaurus y las nalgas del ministro, el suicidio de Lord Castlereagh conmociona enormemente a su sobrino Fitz Roy, que más tarde estará al mando del barco Beagle y, convencido de haber heredado la enfermedad de su tío, elegirá al joven Darwin, por entonces futuro pastor, como su mano derecha para la larga travesía. El viaje del Beagle será el que inspire, más tarde, la famosa teoría de la evolución.

Gould (1941–2002) paleontólogo y uno de los científicos más populares de EEUU, al punto de aparecer en algunos capítulos de Los Simpson, explica con esta historia, que la evolución que las especies han seguido hasta ahora es única e irrepetible. En La vida Maravillosa, sostiene que la evolución nunca sería la misma: sólo había una pequeñísima probabilidad que el Homo sapiens apareciese sobre la Tierra, y ocurrió, pero no se volvería a repetir.

Si se rebobinara la película de la vida, borrando todo cuanto ha acontecido y volviese a comenzar su historia, los nuevos acontecimientos serían sorprendentemente diferentes. Diversidad de itinerarios, lo llamó Gould explicando que los resultados, no se podían predecir de entrada. La historia de la vida es una historia contingente: el azar y las circunstancias deciden de qué manera se desplegarán las formas vivas en nuestro planeta. Así, los hombres debemos nuestra existencia a una serie de casualidades que se han producido en la historia de la biología desde su origen. La principal conclusión que extrajo Gould fue que la evolución de la vida no conduce necesariamente a la aparición del hombre.



Stephen Jay Gould, el verdadero y la caricatura que fue creada para algunos episodios de la popular teleserie animada Los Simpson.
Foto: http://www.permanent-revolution.org/ Ilustración: http://www.geology.ucdavis.edu/

Un estudio publicado en Nature Genetics en enero de este año, corrobora genéticamente esta teoría, aunque aplicada a las moscas: Experimental evolution reveals natural selection on standing genetic variation (http://www.nature.com/nature/journal/v408/n6811/full/408463a0.html)

Bajo la coordinación del biólogo portugués Henrique Teotónio, (Instituto Gulbenkian de Ciencia, Portugal) recrearon distintos escenarios de evolución para la mosca (Drosofila melanogaster). La idea era recrear la selección natural en directo en un laboratorio, algo posible gracias a la corta vida de estos animales. Las moscas procedían de un grupo original que había sido extraído de su ambiente natural en 1975 y el experimento corrobora, genéticamente, el carácter irrepetible de la evolución. Recordemos que 13.000, son los genes que diferencian a los humanos de las moscas. 13.000 entre millones de genes. Una nada. Pero en genética es demasiado.

La cosa es que durante dos décadas, los descendientes de esta mosca crecieron en el laboratorio. “Modificando los ciclos de reproducción o de sobrevivencia a través de condiciones de stress ambiental, como falta de comida o de agua, se observa que varias poblaciones (de moscas) derivadas de la original evolucionan de forma muy diferente unas de otras”.

En efecto, las moscas presentaron cambios regresivos hacia sus orígenes (tienen inscriptos los códigos genéticos de sus ancestros) pero sólo hasta cierto punto. El trabajo publicado estudió la variación en secuencias de ADN y llegó a la conclusión que “toda la variación genética era preexistente, estaba en el estado ancestral. Se trata de apenas un cambio en las frecuencias relativas de esa variación genética que está detrás de la evolución de las características que observamos antes”, explicó Teotónio.

“Pero, al contrario do que se anticipaba, no se registro una reversión total al estado ancestral en términos de frecuencias, aL llegar a las 50 generaciones. Este estudio sugiere que la formalización matemática de la Teoría de la Evolución, aún es extremadamente simple y como tal, no es predictiva.”


Henrique Teotónio, con solo 36 años, dirigió un importante estudio sobre evolución genética coordinando 3 Universidades. Foto: www.igc.gulbenkian.pt

Gould había demostrado la Diversidad de Caminos posibles
No es el típico árbol de Navidades invertido lo que representa mejor la marcha de la vida, como un pasaje de menor a mayor complejidad. En todo caso, el dibujo es el de un árbol no invertido, en el cual la disparidad y la diversidad se hallan en la base y en el que sólo unas ramas han sobrevivido, con vacíos inmensos entre ellas, como se observa en el dibujo.


“La historia de la mayor parte de las especies fósiles incluye dos características particularmente incongruentes con el gradualismo de la evolución:
1. Estasis. La mayor parte de las especies no exhiben cambio direccional de ningún tipo en el transcurso de su estancia sobre la tierra. Aparecen en el registro fósil con un aspecto muy similar al que tienen cuando desaparecen; el cambio morfológico es normalmente limitado y carente de orientación.
2. Aparición repentina. En cualquier área local, una especie no surge gradualmente por una continúa transformación de sus antecesores; aparece de golpe y ‘totalmente formada’”.(S. J. Gould, El pulgar del Panda)

Evoluciones diferentes, las llama Henrique Teotónio. "Por definición la evolución es contingente en el pasado. Lo que conseguimos fue cuantificar esa contingencia”.

Stephen Jay Gould, por su parte, afirmaba que “la evolución no es un río largo y tranquilo”. “Finalmente, la razón por la que estamos aquí es que un asteroide impactó contra la Tierra, exterminó los dinosaurios, y perdonó algunos pequeños mamíferos. Darwin creía que las extinciones masivas eran artilugios causados por la insuficiencia de los registros fósiles. Hoy sabemos que son muy reales: la historia de la vida ha estado marcada por numerosas extinciones masivas y brutales. Podemos citar la extinción en masa del finales del ordoviciano, hace 438 millones de años; la del final del devoniano, hace 367 millones de años... Pero la más terrible es la del final del permiano, hace 250 millones de años: borró de golpe cerca del 95% de especies marinas invertebradas. La última provocó la extinción de los dinosaurios, en la frontera entre el cretáceo y el terciario, hace 65 millones de años, activada por el impacto de un objeto extraterrestre que contenía iridio”.
(S. J. Gould, Obra conjunta: El final de los tiempos)

Dicho de otra forma: de no haber sido por el asteroide, es casi seguro que George Canning nunca hubiera recibido un tiro en el culo.