Con la muerte de Neil Armstrong -el hombre que diera "el pequeño paso" en la Luna- se abre el espacio para un balance de aquel suceso, que podría revelarnos que se trató de ningún salto gigantesco. ¿Existieron avances científicos decisivos para la humanidad, gracias al alunizaje? ¿O se trató de un frente abierto durante los años de la Guerra Fría? ¿De qué sirvieron los 382 kgm. de piedras lunares?
Aquí podrás escuchar rock de la
NASA. Se trata de una emisora radial en internet enfocada al rock indie /
alternativo y a la divulgación de tecnologías y de ciencia y física y…
EL SALTO GIGANTESCO QUE NO FUE
"Es un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad", había expresado el comandante de la misión lunar. ¿Fue así?
En verdad en ese momento la comunicación se entrecorta y no es claro del
todo el mensaje. La prensa escrita lo pulió y así pasó a la historia, pero en
la grabación original (se encuentra en varios sitios de internet, incluido el
de la NASA) estos fallos de sonido son perfectamente audibles.
Tal vez la frase fue estudiada previamente. O no, y puede que haya brotado
espontánea en el instante en que, literalmente, Armstrong tocaba el cielo con
las manos y veía realizarse minuciosamente, el sueño más grande de su vida.
Es cierto que, antes y después, hubo muchas polémicas, cabildeos políticos
y científicos alrededor de la conveniencia o necesidad de ejecutar estos
proyectos de la NASA, sobre todo por el costo que implicaban.
Pero la pregunta que gira alrededor de la famosa frase pronunciada por
Armstrong hace más de 40 años, es: ¿la humanidad
ha dado un salto gigantesco? Y si lo ha dado, ¿en qué dirección?
Armstrong en el módulo lunar, imagen emitida por Canal 9 de Argentina. Foto: prensaespacial.blogspot.com |
John Kennedy no amaba la Luna
El pistoletazo de largada lo dio JFK, cuando en un discurso público, planteó
el desafío de "poner un hombre en la Luna y traerlo de vuelta a casa"
eso sí, antes que termine la década. Corría 1961.
Aquel discurso supuso maratónicas horas de debates, consultas y reuniones, de
donde JFK concluiría que la carrera espacial era una batalla decisiva en la
Guerra Fría.
En una conversación con el director de la NASA, James E. Webb, Kennedy fue tajante:
"Todo lo que hagamos deberá realmente estar vinculado (al objetivo) de llegar
a la Luna antes que los rusos... De lo contrario, no deberíamos gastar todo ese
dinero. Yo no estoy interesado en el espacio... La única justificación es
porque esperamos ganar (la carrera espacial) a la URSS para demostrar que no
estamos detrás de ellos y que 'gracias a Dios', le hemos sacado ventaja".
De Vietnam a la Luna pasando por Bahía Cochinos
¿Por qué JFK, si no estaba interesado en el espacio, ambicionaba ganar la
carrera espacial a la URSS? ¿La URSS estaba más desarrollada que EEUU?
Efectivamente en materia de logros en cohetería e investigación del
espacio, la URSS llevaba no poca ventaja a EEUU.
Baste recordar que pusieron al primer animal en el espacio (la perra
Laika); al primer animal en retornar vivo del espacio y al primer ser humano
(Yuri Gagarin). También colocaron el primer satélite en órbita; en 1959, el
"Luna 1" se convertirá en el primer 'sonda' en alunizar y el Lunokhod
1 (1970), en el primer robot a control remoto y energía solar en recorrer la
Luna y enviar información. (Curioso, aún está activo).
"Lunokhod 1", el primer robot espacial. El robot funciona a energía solar. Recientemente se comprobó que aún se encuentra activo. Foto: taringa.net |
No era todo: EEUU comenzaba a empantanarse en Vietnam y para colmo, había
sufrido un serio revés militar y político en la fallida invasión en Bahía
Cochinos[1]
(Cuba) que desembocaría en la Crisis de los Misiles (1962).
La nación necesitaba un antídoto que tuviera el envase de un héroe; pero
héroes civiles. Alguien que se graduara en la Luna.
De los Supersónicos a los misiles nucleares
La exploración del espacio y el consecuente desarrollo de tecnología de
satélites y de cohetes (uno de los máximos símbolos de la época) despertó la
imaginación y la fantasía de todos. La serie animada de TV "Los
Supersónicos" (Jetsons, en el original), es una acabada expresión
de lo que todos suponían sería el futuro en la 'Era Espacial'.
La Guerra Fría, sin embargo, era la contracara de los simpáticos personajes
creados por William Hanna y Joseph Barbera. Se trató de una guerra de armamentismo,
de espionaje y de propaganda entre occidente y el comunismo, a la vez que una
competencia de modelos industrialistas hacia el progreso: el capitalismo
emprendedor, representado por EEUU y el capitalismo de estado, representado por
la ex URSS.
En este contexto, los logros espaciales servían de propaganda para
demostrar la capacidad científica y el potencial económico, a la vez
alimentaban a los otros pilares de la Guerra Fría: la carrera armamentista y el
espionaje.
En efecto, los cohetes podían llevar al espacio a un astronauta o lanzar
una bomba atómica. El desarrollo tecnológico alcanzado en la investigación
espacial se aplicaba simultáneamente y con mayor entusiasmo, a las armas más
destructivas.
No es de extrañar, entonces, que JFK se abocara a la búsqueda de un antídoto para tantos males y de paso, dar un salto cualitativo en la carrera armamentista ("Cerrar la brecha de misiles", había prometido en las elecciones). Ese antídoto lo encontró en la NASA. Se llamaba "Proyecto Apollo". Al héroe, no llegará a conocerlo.
¿Un gran salto para la humanidad?
La literatura científica es casi unánime en destacar los avances en
tecnología que significó la carrera espacial, sobre todo en ingeniería
aeroespacial y comunicación. Entre ambas, también, dispararon la imaginación de
la época.
De los experimentos científicos del Apollo 11, sobrevive la "matriz
retrorreflectora de medición láser lunar", una especie de panel de
espejos que reflejan pulsos láser que se emiten desde la Tierra, permitiendo
medir en forma precisa, las distancias, amén de haber verificado la teoría
general de la relatividad de Einstein.
Matriz retrorreflectora que dejaran N. Armstrong y A. Collins en la Luna, el único de los proyectos científicos de "Apollo" que ha resistido el paso del tiempo. Foto: NASA. |
Detalle de la matriz dejada en la Luna. Foto: NASA |
Observatorio astronómico desde donde se emiten pulsos láser hacia la luna. Foto: NASA |
También se ha descubierto que la Luna traza una órbita espiral alejándose
de la Tierra a un ritmo de 3,8 cm al año y que la fuerza universal de la
gravedad es muy estable. La constante gravitacional de Newton, G, ha cambiado
menos de una cien mil-millonésima desde que el experimento del láser comenzó y
las piedras lunares revelaron buena parte de la geología lunar, su
paleohistoria y supuesto origen.
El costo del programa Apollo a lo largo de sus casi 12 años fue equivalente
a $us 130.000 millones actuales ($us 22.718 millones de la época) según la NASA
declarara en el Congreso.
Pero aún no se ha cuantificado la herencia de la carrera
espacial; de toda esa exorbitante chatarra espacial que forma varios anillos
alrededor del planeta (restos de satélites, de cohetes, objetos que extraviaron
los astronautas, etc). A ello hay que sumarle más de mil satélites en
funcionamiento que orbitan la Tierra.
Ilustración que permite visualizar la cantidad de chatarra espacil orbitando la Tierra. Ilustración: AEI. |
¿Es este, aquel "gran salto para la humanidad"?
Entre el progreso y el desastre ambiental
La carrera espacial coincide con el auge de la "Revolución Verde"
que supuso la industrialización de la agricultura (semillas mejoradas,
monocultivos, uso excesivo de agua y energía, excesivo costo de semillas y
tecnología, deforestación, cambio de uso de suelo y uso de potentes pesticidas
que resultaron tóxicos) y ambas, tienen un mismo origen declarado y un mismo
final no admitido. El origen declarado fue la búsqueda frenética de progreso y
'derrotar al otro'.
El final no admitido es algo más dramático: ambas ocultaron los aspectos
negativos de sus experiencias y crearon el ritual de glorificarlas, en la
tentativa de invisibilizar que su principal consecuencia ha sido el desastre
ecológico-ambiental.
Entonces ¿hubo un salto y que además tuviera la característica de
ser "gigantesco"?
'Era post-espacial' y 'Post-era espacial'
Una sensación de poderío y superioridad, se instaló en el inconsciente
colectivo de todo el planeta: habíamos logrado conquistar el espacio, lo que
suponía haber alcanzado las más altas cumbres de la ciencia. "La Era
Espacial", como se denominaba, traía la promesa que la humanidad estaba
lista para dominar y transformar el espacio y la naturaleza. Curioso, esta
mentalidad emerge en el mismo momento en que nace el movimiento ecologista, con
sus distintas corrientes y grupos.
El auto del futuro, en 1958: Firebirds III. Muy pocos prototipos fueron desarrollados dado que no eran prácticos en absoluto. Foto: carnabys.blogspot.com |
La moda en los años de la "Era Espacial". Una serie de colecciones de Pierre Cardin. Foto: carnabys.blogspot.com |
Habidas cuentas, ése fue el salto más perceptible dado por la humanidad; un
salto hacia nuestra definitiva exteriorización del resto de la escala
zoológica. Ortega y Gasset explica que la técnica no es producto del hombre,
sino exterior a él y que al asirla, esa misma técnica lo convierte en un ser
exterior a la propia escala zoológica de la que proviene.
No era de extrañar que la aparición de la Inteligencia Artificial –otra
búsqueda científica frenética derivada de aquellos aciagos días de la Luna- y
la tecnología que funciona como extensiones nuestras (brazos, piernas, ojos,
oídos, neuronas, etc.), nos plantearan la necesidad de "una nueva definición
ontológica" al decir de Peter Sloterdijk que entiende al hombre como una "deriva biotecnológica a-subjetiva que vive hoy un momento decisivo
en términos de política de la especie".
Consultado acerca de qué frase debía pronunciar el primer astronauta que
pisara la Luna, el poeta beatnik Lawrence Ferlinghetti, respondió: “Nosotros,
los emperadores romanos del espacio, hemos aquí probado que el cielo no existe
y que el único dios es la conciencia misma.”
Ferlinghetti ponía a la luz, lo que tal vez era el lado más oscuro de la "carrera espacial"; la humanidad pasaba a ser "los emperadores romanos del espacio".
Todo lo demás, el LHC (el mega-coalisionador
de partículas de la CERN europea) pareciera indicar que el alunizaje no habría
desvelado ningún secreto importante del universo y que aún seguimos con
variadas hipótesis, ninguna certeza y un gran rompecabezas, mientras la humanidad
pareciera continuar con sus eternos problemas de pobreza, hambrunas,
opresión y discriminación. A lo que ahora suma, como novedad metamoderna, la
contaminación ambiental y la espacial.
Tal vez, Armstrong haya expresado antes un deseo que una convicción
científica. Aunque no pareciera. Lo cierto es que el salto gigantesco
finalmente no sucedió. ¿O sí?
[1] El periodista Alberto Amato, en un muy buen
artículo, analiza: "Fue un fracaso que cambió al mundo. Una operación
militar que modificó para siempre las relaciones entre EE.UU. y el resto de
América; incubó en parte y sin proponérselo, la violencia guerrillera que
sacudió al continente en los años 70; metió de lleno a la entonces URSS en el
escenario político al sur del Río Grande; puso al mundo al borde de una guerra
nuclear e inspiró, sin que fuera su propósito, la doctrina de la seguridad
nacional que provocó en cinco décadas decenas de miles de muertes y que arrasó
en ese lapso con buena parte de las democracias continentales. Y todo lo logró
sin haber alcanzado ni uno solo de los objetivos militares y políticos que la
vieron nacer". (Un fracaso que cambió al mundo, http://www.clarin.com/mundo/invasion-Bahia-Cochinos-fracaso-cambio_0_463153751.html )
2 comentarios:
Hello. And Bye. Thank you very much.
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